... relatos pseudopoéticos escritos desde lo más profundo de mi ser

Tormenta y tormentos



Después de descargar toda su ira contra las indemnes rocas del acantilado el mar cayó abatido, pero sin descansar apenas se levantó con fervor y de un golpe volvió a arremeter aún con más fuerza contra ellas. Los pilares de la tierra temblaron pero no quebraron y terribles tormentos sacudieron durante largo tiempo el cielo y los infiernos. La paz no retornó hasta la llegada del amanecer pero no trajo consigo el añorado descanso sino el llanto, el llanto de una oscura silueta clavada de rodillas en la orilla, sobre la fina arena, donde descansaban por fin los destrozados restos del pequeño y laborioso nautilus de su esposo, desaparecido para siempre en la profundidad del abismo.

Recuerdos de algo que nunca sucedió

Tratando inútilmente de seguir los pasos de mi sombra terminé perdiéndome en mis propios delirios y entre atardeceres metálicos y plateados destellos colgados del cielo, encontré las huellas que de niño imaginé que dejaría y que perdidas, como yo lo estaba, no conducían a ninguna parte. Sentí entonces como mi alma se encogía extrañamente tratando de recuperar de la profundidad de mis entrañas los sueños que en otro tiempo iluminaron las paredes de mi habitación. Y por un instante anhelé perseguir con mi espada a malvados piratas y rescatar a hermosas princesas y desenterrar tesoros en islas desiertas.

Ars Amandi

Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura despertó en aquel preciso instante del sueño que le había tenido aferrado tantísimo tiempo a la oscuridad del reino de Morfeo. Ella entonces le sonrió entusiasmada, creyendo haber encontrado a su príncipe azul, y él, aún somnoliento, le devolvió la sonrisa agradecido antes de dejar caer sus párpados intencionadamente haciéndose de nuevo el dormido.


Mientras escuchaba como los pasos de la joven y el eco de sus lamentos se desvanecían en la lejanía, se preguntó, lleno de incredulidad, cómo pudo la Bella Durmiente encontrar el amor de su vida a la primera con un truco tan ingenuo.