... relatos pseudopoéticos escritos desde lo más profundo de mi ser

Mis propios versos, que anhelan serlo



Revolución

Silencio intempestivo
que no dices nada,
eco de un pasado glorioso
difuminado en el tiempo
y casi olvidado.

No retumban ya tus gritos
como lo hicieran antaño
y yaces silenciado ahora
por la complacencia del mundo
que agoniza sin saberlo
quebrado.

Silencio intempestivo
cargado de tempestades
que no dices nada.



Aguardando a la primavera

Dormido estaba el ciprés
o al menos eso parecía. 

A su alrededor
absolutamente nada
desierto, silencio
y a lo lejos
el horizonte
perdiéndose en la lejanía.



Aquella mañana no amaneció

Aquella mañana no amaneció.

Durante la noche anterior
Cientos de estrellas,
Centelleantes,
Candentes,
Fugaces
(Como la vida)
Se desprendieron del cielo
Y volaron a su antojo
Iluminando con estelas rojizas
La oscuridad del firmamento.

Aquella noche
Los dioses del cielo
Sobre aviones de papel
Descargaron sobre nuestra tierra
Pesadillas rojas
(Como la sangre),
Misiles con forma de estrellas.



Final

Cuando la tierra
Resquebrajó su voz pidiendo auxilio
Nadie la escuchó.



Pulitzer ´94

Sólo era un susurro de vida,
El último sorbo de vida,
Disfrazado de niño,
Cubierto de tristeza y piel,
De angustia y de dolor,
De muerte… pero no de vida.

Solo, bajo el sol primaveral,
En medio del desierto,
Sólo él
Y la sombra de la muerte
(Envuelta en oscuras plumas)
Que pacientemente aguardaba
A que su pequeño corazón
Dejase de latir, latir, latir.



Fin

Y al despertarme aquella mañana
quise confesarle al sol
mis agoreros sueños
para pedirle consejo,
pero la oscuridad lo cubría todo,
no había más que silencio.
Era demasiado tarde,
ya había muerto.



Ocaso

.
..
...
... la vida continúa.



Silencio

Silencio,
una mirada lo dice todo,
no hacen falta palabras
sólo el susurro del viento,
tu alma, la mía
y silencio.

Tus labios
tímidamente me rozan,
ahora sé que no es un sueño,
puedo sentir las estrellas,
la inmensidad de la noche
y tus besos.

Suspiro,
siento el olor de tu pelo,
de tu piel desnuda,
de tus delicadas manos
surcando mi espalda,
suspiro…

…y pienso
que sin ti no sería nada,
sólo eso.