... relatos pseudopoéticos escritos desde lo más profundo de mi ser

Calle del sol

Erase una vez un mar, y a orillas del mar una ciudad, y asomada a la ciudad una calle, y llenando la calle un murmullo, y bajo el murmullo despuntando un acorde, y escapando del acorde una guitarra, y al callar la guitarra aplausos, y escondidos entre los aplausos tus ojos, y en el reflejo de tus ojos los míos, y en mi mirar tu sonrisa, y en tu sonrisa el mar. Erase una vez una calle, y en la calle una ciudad.

Si me dejas…

Por cada sueño que no se cumpla colgaré mil estrellas del cabecero de tu cama y me bastará un instante al cobijo de tus brazos para inventar un nuevo mundo donde tender tus ilusiones al sol.

Uno a uno recogeré cada uno de los versos que sollozan en el olvido y con las yemas de mis dedos disfrazados de caricias trazaré sobre la delicada piel de tu espalda el destino que nos espera.

Bajo la penumbra en la que se oculta el brillo del amanecer perseguiré a tientas tus bostezos intentando velar el nacimiento de la mañana y convencerte de que mis abrazos son sólo parte de tus ensueños.

Tratando de ahuyentar el eco de tu ausencia pintaré cada mañana mi habitación del color de tus ojos y bajo mi almohada guardaré con cuidado el aroma de tu pelo para que no se lo lleve el viento.

Cada noche que no comparta contigo distraeré la nostalgia de tus besos marchitos y del frío de tus abrazos deseando acortar el cruel camino que separa tu alma de la mía y curarme así de la soledad que me ahoga.

Secaré con mis labios las lágrimas que se desvanecen bajo tus pupilas verdosas cuando te golpee la tristeza y para robarte una sonrisa te contagiaré de alegría. 

Llenaré tus noches vacías de mis delirios desbordados e imaginaremos juntos un nuevo principio para cada final, un regreso diferente para cada despedida, un hola distinto para cada adiós.